Nuestro estilo de vida

    Buenísimos días querido lector ;)
    Hoy quiero hablarte de un asunto muy importante: la felicidad. Este tema es muy amplio, y voy a ser un poco ambiguo y hacer un resumen de mis reflexiones. Cada punto lo desarrollaré en futuras entradas, para así no hacer esta un artículo demasiado larga.
    Creo que es coherente decir que todos buscamos la felicidad, pero por algún motivo la mayoría de nosotros no la terminamos de alcanzar de forma continua. Lo primero para llegar a un estado emocional es definirlo con objetividad, es como si quisiéramos llegar a un pueblo de la costa mediterránea, lo primero que tenemos que hacer es localizar su lugar geográfico en el mapa. Tan solo empezar encontramos un gran problema: la mayoría de nosotros tenemos un concepto ambiguo, muchas veces malinterpretamos la  felicidad con esas actividades que nos aportan cierta tranquilidad y que nos alejan del estrés que nos produce nuestro día a día, nuestro trabajo, nuestra familia..., pero que no nos aportan su bienestar esencial. Normalmente son actividades banales, pues no crecemos en ningún momento como personas. Un ejemplo gráfico puede ser el abuso de la televisión -y aún más si vemos telebasura-, o un uso continuo de la redes sociales. Desde pequeños nos han metido una idea en la cabeza: nos merecemos lo que queremos, nos merecemos ser felices; y es cierto, pero tenemos que ser conscientes de que solo vamos a conseguirla si nos esforcemos hasta llegar a ella y si reemplazamos las actividades que no nos llenan por otras con las que disfrutemos. (esto que he dicho suena evidente y estúpido, pero por alguna rara razón la mayoría seguimos dedicándonos a actividades triviales)
    Pero los problemas no cesan aquí. Como bien habrás podido deducir, para llegar a este estado emocional también es necesario adquirir un estilo de vida afín a él, porque, evidentemente, no todas las actitudes nos proporcionan las mismas emociones y situaciones. Pondría algunos ejemplos, pero seguro que ya os habéis imaginado algún caso radical, pero el problema que tenemos muchos es que creemos que nuestra forma de vivir es la indicada para llegar a esa dicha. Esto viene a causa de que no sabemos diferenciar los estilos de vida comunes -no radicales- afines a la alegría, y caemos en la inocencia de creer que el nuestro es adecuado (entre otras cosas por la frase que anteriormente dije que os habían metido en la cabeza). Tenemos que conscienciarnos de que si no experimentamos esa dicha con frecuencia es porque nuestro actitud no está orientado a esa alegría que todos deseamos. Si nuestro estilo de vida está orientado a la felicidad, la mayor parte de nuestra vida y de nuestro día a día debería ser feliz, es decir deberíamos de sentirnos bien y realizados. Pero esto no suele pasar con demasiada frecuencia, porque vivimos en una sociedad cuyo interés principal es consumir, no llegar a ese estado de plenitud de cada individuo. También tenemos que concienciarnos de que tenemos que esforzarnos y buscar soluciones a nuestros problemas para encontrar esa alegría, y que la solución a esos problemas solo se la podemos dar nosotros.
     Voy a aconsejarte que hagas algo: siéntate de una forma en la que te sientas cómodo y reflexiona sobre la felicidad que has experimentado hoy, o de la que experimentaste ayer. ¿qué has hecho? ¿te sientes orgulloso? ¿Crees que has aprovechado el día? ¿Lo compartirías con tus amigos y familiares de confianza? ¿Te sientes satisfecho al cien por cien? -te aconsejo que al igual que hoy te plantees estas preguntas a lo largo de tu vida y reflexiones sobre tus días cotidianos-. Es importante responder con sinceridad. Si tus emociones han sido muy positivas es probable que tu estilo de vida te acerque a esa felicidad anhelada, aunque desde mi punto de vista puede no ser así -esto lo explicaré en otra entrada-. Si las emociones han sido negativas analiza el motivo -puede ser que hayas tenido simplemente un mal día (cosa que se podría volverte a suceder en un futuro, con lo que deberías preocuparte y encontrarle una solución), o puede ser porque tu forma de vivir no sea afín a este estado de ánimo.
     Voy a finalizar la entrada aquí, vuelvo a reiterar de que ya profundizaré en otras entradas sobre este tema, pero antes de irme.... ¿qué piensas de lo que has leído? ¿difieres en algún punto? ¿consideras que he escrito una serie de falacias incoherentes o estás de acuerdo con lo que he escrito?
    Prósperos sueños querido lector~